DERECHOS Y DEBERES “En el mundo no habrá paz, mientras haya explotación del hombre por el hombre, y exista desigualdad del hombre por el hombre” No basta rezar (Alí Primera) Hablando de Derechos Humanos, pienso que llegó el momento de hablar también de Deberes. Porque así como tenemos derechos, nuestro principal deber es respetar los derechos de los demás miembros de esta sociedad; a menos que vivamos aislados, en una montaña o una cueva, o una urna de cristal, cada uno de nosotros vivimos en comunidad, en sociedad, nos guste más o nos guste menos, esa es nuestra realidad diaria. En el barrio, en la calle, en el transporte público, en la fila de un banco, en el trabajo, en la escuela o universidad, sin ir más lejos en la casa de cada uno. No se entiende ni acepta del todo eso de tener deberes, ya que digerir el hecho de que existen normas o reglas de convivencia que deben cumplirse para que todo fluya en su exacta medida, es cuando menos exagerado pretender un esfuerzo intelectual de comprensión para estas reflexiones, en estos tiempos convulsos en donde cada cual se obliga inconscientemente a no reflexionar sobre el semejante. Pero como la exactitud y la perfección suelen ser solo privilegio de los relojes suizos, es descabellado pedirle a la humanidad tan plácidamente desparramada en esta enorme Pacha Mama, que por un momento piense en el prójimo, es más fácil y cómodo sentirse como único habitante de este mundo, o aunque sea de un pedacito de metro cuadrado de este insondable y redondo mundo en el que nos encontramos. Cada día son vulnerados nuestros derechos, pero también cada día vulneramos los derechos de los demás. Así de simple y sin pensar, automáticamente como quien pestañea, como respirar. Es más difícil respetar que ser respetado. Las consecuencias de estas torpezas humanas, son muertes, desapariciones, violaciones, torturas; en el mejor de los casos, sin menospreciar ninguno de estos hechos, pobreza, analfabetismo, segregación, discriminación. Y todo por la acción del hombre contra el hombre. Abusos de poder desde los niveles más altos hasta llegar al centro de la sociedad, a la familia. Cuando aprendamos a cumplir nuestros deberes como seres humanos dentro de una sociedad, tendremos amplio derecho de exigir que se respeten nuestros derechos. No cuesta mucho.

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